Ubicado en una nobilísima finca modernista del Eixample, muestra la opulencia, con clase, de la alta burguesía condal. La cocina de Windsor, dirigida por el chef David Rodríguez, se basa en el recetario catalán pero actualizado con técnicas modernas con las que se consigue “darle una vuelta” a los platos de toda la vida para aportarles una visión contemporánea y más ligera. Siempre con la idea de ir más allá de la pura tradición, y sacando el máximo partido a los productos de temporada y proximidad. El lema de la cocina es hacer platos de siempre que saben como nunca. Y todo ello maridado con una interesantísima y amplia bodega. Otro de los atractivos de Windsor es su fantástica terraza, que se une con la antigua galería formando un espacio al fresco muy agradable: un oasis de silencio, paz y tranquilidad, un espacio especial y versátil al aire libre que, gracias a un mecanismo automático, pasa a convertirse en una zona cubierta en pocos segundos. Windsor es mucho más que un restaurante, también por tener un servicio amable y cercano, nada ceremonioso pero muy profesional. Por la decoración, la iluminación, la suave música de jazz y el señorío de los salones (tanto el principal como los privados), Windsor se convierte en un sueño de largos ocios y cálidas cenas románticas.